Día a día, 25 pasos que pueden llevarnos a la verdadera Navidad: Jesús Naciendo en nuestros corazones

lunes

DÍA 21: ¿Está la puerta abierta?


En tiempos de Jesús se ponía mucha atención a los gestos externos, ritualistas, visibles.
Jesús rompe esta observancia en nombre de la gratuidad de la salvación de Dios, y en nombre de la prioridad del corazón (de la autenticidad y la interioridad: Mc 7,14-23). De qué sirve que vistas bien, que le dediques horas a estar delgado/a, a tener un bonito cabello o a lucir las pulseras lo relojes a la moda de ahora, si tu corazón está en tinieblas, sucio y retorcido sobre sí mismo en egoísmo y dolor. Nada de lo de fuera puede contaminar al ser humano, es el corazón el que se pudre en el egoísmo, o el orgullo, o la ira, o...
El corazón gobierna al ser humano. Ese es el gran descubrimiento doloroso de Israel a través del profeta Jeremías (Jer 7,22-24) porque tienen su ley en los labios y en su mente, pero finalmente siguen las inclinaciones de su malvado corazón.
Por eso hoy, preparado por las anteriores jornadas de camino, voy a dedicarme a pensar esta simple pregunta:
¿Está la puerta de mi corazón abierta para él?

Como ya hemos aprendido, no se trata de dar una respuesta rápida, sobre todo si es un ingenuo “claro, todo para él, Jesús es mi todo, etc. etc etc.”. Hoy vamos a sentarnos, como decían los monjes del desierto, a la puerta del corazón para observar.

Observa, como canta la canción, quién llama: “¡Pom! ¡Pom! - ¿Quién es? ...¡Abre la muralla!”. Y observa a qué penasamientos o mociones dejas pasar.
Con el tiempo se reconocen las invitaciones de Dios, que llevan al bien, y las seducciones del enemigo, que nos tientan para el mal. Entonces es cuando se puede tomar partido para cultivar lo que los monjes del desierto llamaban “la guarda del corazón” (Tomas Ŝpidlick).
Y date cuenta de la realidad: ¿de qué manera, de qué forma, esta la puerta de mi corazón abierta a Jesús que quiere nacer de nuevo ahí?
NOTA: En caso de que descubras con sinceridad que está bastante cerrada, y el corazón ocupado por otros inquilinos, no te preocupes. Este camino te ayudará para hacer un "allanamiento de morada" y permitir que Dios okupe lo que es suyo.
(O en términos bíblicos: Jer 31,31ss; Ez 36,25ss; 2 Co 3,3ss)
.