Día a día, 25 pasos que pueden llevarnos a la verdadera Navidad: Jesús Naciendo en nuestros corazones

domingo

QUINTA ETAPA: MI CORAZÓN, UNA CASA PARA JESÚS

Con estos cinco pasos hemos llegado a nuestra quinta y última etapa. Seguimos buscando la transformación de nuestro corazón para que sea un lugar apropiado para Cristo que nace.

La primera etapa discurría por los caminos de la vida personal, dándonos las riendas para el control de nuestra vida.
La segunda etapa nos ha guiado hacia la maravilla de vivir con otras personas, preparándonos para el mensaje del Evangelio.
La tercera etapa nos ayudó a recuperar un horizonte necesario, el deseo de cambiar el mundo.
La cuarta etapa nos graduó como Buscadores de Estrellas de Navidad, capaces de detectar las miles de estrellas que Dios está creando para guiar a los pequeños y los niños hacia el Belén en el que Dios los espera de nuevo.
La quinta etapa es alcanzar la meta deseada: Mi corazón, una casa para Jesús.
En ella vamos a dar los últimos toques a nuestro corazón, cultivando los detalles que harán más dulce y fructífera la estancia de Jesús en mi corazón.
Todas las actividades de: pensar /decir y decidir / cortar y cambiar /actuar y activar /agradecer, van a ser más sencillas, sin complicaciones, ya en pleno ambiente navideño.
¡Que los disfrutes!

DÍA 20: Gracias, la palabra mágica


Se lo explicamos a los niños y es verdad.
Es la palabra mágica.
¡Gracias!
Tan sencilla y con tanto poder para cambiar las relaciones. Para llevarnos, ¡mágicamente! del mundo de las obligaciones al mundo de la gratuidad.
De transformar una cola en el banco o el tumulto por subir al autobús en una instante de luz (mucho más si además de decir gracias me dedico a sembrar favores, ver día 9)
Cuando doy las gracias, estoy reconociendo el valor de algo que he recibido, y que va más allá de lo que me corresponde o he pagado. Pero, sobre todo, estoy reconociendo a la persona que me ha dado ese algo valioso. El vendedor ambulante que me vendió el periódico, la cajera del supermercado que pasó los productos y me cobró lo que costaban, el conductor desconocido que me cedió paso.
Al darles las gracias, los reconozco como personas humanas.

Eso nos lleva al trabajo de hoy. Lo que vamos a hacer es muy importante, de dimensiones cósmicas. Hoy vamos a dar las gracias a mucha gente. No por lo extraordinario, sino porque son personas que hacen lo correcto, como personas. Les digo gracias de corazón, y por un instante nos encontramos de persona a persona, una chispa mágica de vida. De esta manera, crear las gracias es crear momentos divinos.
¡Es hacer nacer estrellas de Belén!
No había que ir a buscarlas...
¡Están aquí, ante mí, a mi alcance!

Crea hoy, a tu alrededor, tu galaxia de estrellas de Belén.
¡Qué te diviertas!