Día a día, 25 pasos que pueden llevarnos a la verdadera Navidad: Jesús Naciendo en nuestros corazones

martes

CUARTA ETAPA: BUSCADORES DE ESTRELLAS


Ya hemos hablado de las etapas. Cinco. Hicimos "Cambio yo para que me cambie Dios"; "Vamos a caminar juntos"; y "Quiero un mundo mejor".
Hoy empezaremos con la cuarta, dedicada a rastrear las estrellas, signo en nuestras vidas para advertir a Magos y peregrinos que algo extraordinario está pasando.
Estas estrellas son signos extraordinarios que llaman la atención. Normalmente pensamos que son signos milagrosos, enormes, que llaman a la fe por su inmensidad o imposibilidad natural.

Pero eso es injusto. Dios se manifiesta sobre todo a los humildes y sencillos, y su inmensidad se puede ver en todo rincón, desde un gatito recién nacido a un atardecer tranquilo, desde el equilibrio bioquímico de una cédula a la paz que se mantuvo otro día en docenas de países en conflicto.
A veces se ha asociado la estrella de Belén con nuestros sueños más auténticos. La relación no viene de la estrella, sino de la búsqueda apasionada que llevaron a cabo los magos, siguiendo las pistas que proyectaba en el mundo esa intuición celeste.

Nosotros unimos ambos pensamientos. Vamos a buscar los signos de Dios que nos deben guiar al corazón. Nos convertiremos en expertos estrelleros (astrónomos es otra cosa). Dios está emitiendo más mensajes que MTV y youtube.com juntos.
Cada signo te lleva más cerca de los lugares donde Dios te espera. Te acerca más al corazón.
¿Vienes a buscar estrellas?

DÍA 15: Optimismo divino


Día de Agradecimiento.
Esa es nuestra arma secreta. La clave que nos permite mantenernos en la realidad, tocada de gracia y de regalos de Dios. Uno se vuelve agradecido, recordemos, no por esfuerzo, sino por realismo asombrado, a base de ver lo que Dios ha puesto en el mundo, en el ser humano y en mí.

Hoy tenemos una tarea sencilla: practicar el optimismo. Pero, precisamente porque es sencilla, es una tarea exigente, que sólo está al alcance de gente verdaderamente sencilla y de corazón purificado (primera etapa), capaz de amar con generosidad (segunda etapa).
Hoy vamos a culminar con el optimismo.
Vamos a orar agradeciendo a Dios por los cambios que Él va a promover en este mundo. Por la victoria contra la contaminación y la estupidez humana. Por el declive de las guerras y por la superación de la violencia. Por la derrota de la pobreza y la miseria extrema.
Como notarás en este día, la combinación de agradecimiento, oración y optimismo es un cocktel delicioso. Encajan con naturalidad.
¿Sabes porqué?
Son las piezas dispersas de la confianza que, en tu corazón, vuelven a reunirse.
¡Que disfrutes!