Día a día, 25 pasos que pueden llevarnos a la verdadera Navidad: Jesús Naciendo en nuestros corazones

jueves

FELIZ AÑO NUEVO

¡Feliz año nuevo!
Nuestro calendario llega a un punto significativo, al cierre del año civil 2009, y eso nos lleva a valorar el transcurrir del tiempo.
Un año más. días y días vividos con encuentros, sorpresas, regalos, aciertos y errores. Con gracia y, todavía, con pecado. En momentos así, cuando sumamos a nuestras cuentas hacia adelante un año más, se percibe la profundidad del misterio humano, haciendo historia de salvación en un mundo dinámico y abierto, donde nuestras decisiones abren y cierran caminos que se tejen con los de los demás seres humanos y con los de Dios.

Invitamos a agradecer a Dios y a suplicar por los que amamos, Las dos claves para prepararse al año 2010.

En estos momentos entramos en el corazón, habitado por la presencia viva de Dios, y le suplicamos que podamos experimentar vivamente su gracia y su amor en este año que empieza. No pedimos que nos libre de los problemas, sino que no nos deje caer en la tentación.

Con cariño en Cristo,
¡Feliz Año!

domingo

DÍA 25: ¡FELIZ NAVIDAD!

En este día, el último del Camino, está plenamente justificada la actividad del día: Contemplar y Celebrar. Que tu Corazón no se aparte de la maravilla de la navidad: ¡Dios se ha hecho hombre! ¡Qué inmenso camino ha recorrido, desde la inmensidad del Cielo del Amor trinitario, hasta la humildad del pesebre de Belén! ¡Y qué indefensión, qué indigencia en este niño que, siendo divino, ha venido para enseñarnos humanidad! Contemplar con ojos cerrados y el corazón atento, cantar en silencio a Dios agradecido, compartir la celebración con gozo compartido. Ese es el camino maravilloso de la Navidad verdadera, de la que se vive en el Belén de miles de corazones que acogen al salvador. Hicimos nuestro pequeño camino hacia Belén, disfrutemos de haber llegado, porque pronto nos invitará a seguir adelante con él.

sábado

DÍA 24: Preparo mi corazón para recibir a alguien


“Esta noche es nochebuena, y mañana Navidad”. Las canciones navideñas reflejan con gran abundancia de imágenes la impaciencia cristiana que se apresta para ir -espiritualmente- a Belén. También nosotros nos sentimos llamados a culminar este largo viaje interior.

¿Qué nos ha enseñado este camino? Cada uno estamos viviendo algo distinto, pero hay algunos elementos comunes: sabemos por experiencia que Dios llega por su amor a todos los seres humanos. Pero sabemos también que debemos ir a su encuentro renovándonos. Y además hemos intuido que hay que oir a Belén para ver nacer al niño Dios, pero ese Belén donde se cantará el Gloria a Dios en las alturas no está excesivamente lejos...

¡Está en mi corazón!
En el corazón, en el mío sobre todo, pero también en el corazón de los demás, del prójimo que me encuentro y es sacramento de Cristo (especialmente el necesitado, Mt 25,31ss).
Y la paradoja es que cuanto más me comprometo en los caminos de la solidaridad y de la justicia, más en intimidad me siento con el Señor y más hondo estoy en el camino del corazón. Cuanto más me reconozco necesitado, más me descubro rico en misericordia.

Por eso hoy preparo el camino interior hacia el corazón cuidando los detalles, externos e internos. en el equilibrio que hemos cuidado estos días:
  • Una limpieza a la casa y confesarse antes de la Misa de Navidad.
  • Un momento de oración y una llamada a un familiar que está lejos.
  • Encender una vela ante el pesebre (¡sin peligro de incendio!) y cantar villancicos todos juntos ante él.
  • Preparar la presentación de la mesa del banquete de nochebuena y elaborar una bendición especial que imprimimos para leerla todos juntos.
Simples detalles que deben decir mucho de tu deseo de que Dios entre en tu corazón.
¡Y Feliz Navidad!

jueves

Dificultades en la transmisión

Como habrán constatado muchos de ustedes, durante los últimos días hemos tenido retrasos en la publicación de la meditación diaria. Pedimos perdón por este inconveniente, que tiene su justificación.


Atardecer llanero sobre el río Apure, a la altura de El Samán

Desde el día 17 los autores (religiosos mercedarios de Caracas, ver el otro blog)estamos colaborando en diversas partes del país a las tradicionales Misas de Aguinaldos. En concreto, en Pueblo Hondo (Táchira) y en El Samán de Apure.

Por ello la conectividad limitada y las fallas en la transmisión. En El Samán el Internet es una novedad, existe un aula de la Misión Ribas completamente equipada y conectada a través del Satélite Simón Bolivar.

Esperamos, aunque sea después del 25, completar el blog para que el material quede ahí a libre disposición.

miércoles

DÍA 23: Boto lo que no sirve


La preparación del corazón para recibir a Jesús se parece mucho a la preparación de la casa para recibir invitados, como ocurre en las cenas navideñas.
Podemos hacer una limpieza superficial, solo de lo que se ve, o podemos, porque vienen invitados, limpiar la casa a fondo y arreglarla bien, para así recibir dignamente al que viene, y así sentirnos orgullosos de nuestro hogar.

En Venezuela, igual que en otras partes del mundo, se toma muy en serio el arreglo de la casa por Navidad. Si se puede, se pinta de nuevo toda, en colores llamativos y bien combinados, y cada persona intenta estrenar algo nuevo el día de Navidad.

Nosotros queremos preparare por dentro el corazón. Tenerlo bien pintado para cuando el llegue, limpio, fresco, habitable, con espacio suficiente... ¿espacio suficiente? ¡Nos hemos olvidado de botar todos esos chécheres! (tirar todos esos cacharros). Efectivamente, en la casa una de las cosas que más crecen, junto con la factura de la luz, es el montón de cosas inútiles que vamos guardando: recuerdos de cada viaje y de cada bautizo o comunión, muebles que quedaron medio inservibles, bicicletas viejas, herramientas rotas, juguetes de cuando éramos pequeños, ropas por si acaso,...
En lo espiritual, el acumularse de cosas inservibles es aún más grave. Tenemos el corazón lleno de viejas culpabilidades de cosas que fueron perdonadas, pero que, por alguna extraña razón, las dejamos ahí en el trastero. O acumulamos bellas experiencias de oración como si eso nos justificase ahora que no rezamos (Ez 18,24). O de recuerdos traumáticos que usamos como triste excusa para no comer esto, para rechazar aquello, para odiar a ese...
Más aún, mantenemos por todas partes viejos remordimientos de errores del pasado, que no queremos aceptar e integrar. Esos remordimientos nos hacen ser fuertes en los propósitos, pero débiles en la fe y la confianza en un Dios que ya olvidó hace muuuucho tiempo esos pecados.
Y también acumulamos sueños dispersos. Sueños que no se cumplieron ni de lejos – de hecho, solo fueron sueños, nunca luché por ellos – y que no dejan espacio a los nuevos sueños por los que sí debo luchar.

Y mientras tanto, no queda espacio para Dios en el presente de mi corazón. En el aquí y ahora de mi salvación, en este kairós (tiempo favorable, 2 Cor 6,2), Dios quiere encontrarme. La salvación es hoy, nunca es en el pasado, no queda para un futuro desconectado (aunque siempre se da en nuestra historia de salvación que suelda pasado, presente y futuro esperanzado).
Por eso, la tarea de hoy es bien sencilla. Voy a botar (tirar, deshacerme, regalar) algunas cosas inservibles, cosas de mi casa o mi habitación, y cosas de mi conciencia. Alguna de cada campo.
Así mi habitación y mi corazón estarán más amplios y espaciosos para recibir al Señor que viene.

martes

DÍA 22: Limpio mi lenguaje


“De la abundancia del corazón habla la boca”
Si mi lenguaje está lleno de impurezas, de violencia verbal, de desprecio, ¿cómo puede estar mi corazón?
Si mi lenguaje no reconoce a los otros con sus nombres, y en su lugar uso apodos, giros de moda (“¡Eh, tú, pelao!”, “¿Qué pasa mar...?”). Si mi trato usa la distancia de las funciones: Licenciado, Profe, Doctor,... podré ser muy cortés o muy grosero en uno de los dos casos, pero... ¿mi corazón se abre a limpiamente al otro en cada encuentro?

Hoy vamos a hacer una cura lingüística. Es una técnica experimental de cierto riesgo. Puedo cambiar solo por fuera y terminar con un síndrome agudo de hipocresía. Pero puede tener éxito, y que el cambio exterior del lenguaje suscite y desate un cambio interior del corazón.
Voy a cuidar mi lenguaje. Voy a limpiarlo de violencia y de groserías.
Pero también lo voy a limpiar de términos distanciadores como los títulos y las funciones.
Y también voy a eliminar las palabras genéricas que usamos los jóvenes y sirven para todo, y al final nos dejan tan pobres para lo importante: ¡super! ¡chévere! ¡calidad! ¡de que te c...!.
Limpiaré mi lenguaje, con la esperanza de que se limpie así mi corazón.

lunes

DÍA 21: ¿Está la puerta abierta?


En tiempos de Jesús se ponía mucha atención a los gestos externos, ritualistas, visibles.
Jesús rompe esta observancia en nombre de la gratuidad de la salvación de Dios, y en nombre de la prioridad del corazón (de la autenticidad y la interioridad: Mc 7,14-23). De qué sirve que vistas bien, que le dediques horas a estar delgado/a, a tener un bonito cabello o a lucir las pulseras lo relojes a la moda de ahora, si tu corazón está en tinieblas, sucio y retorcido sobre sí mismo en egoísmo y dolor. Nada de lo de fuera puede contaminar al ser humano, es el corazón el que se pudre en el egoísmo, o el orgullo, o la ira, o...
El corazón gobierna al ser humano. Ese es el gran descubrimiento doloroso de Israel a través del profeta Jeremías (Jer 7,22-24) porque tienen su ley en los labios y en su mente, pero finalmente siguen las inclinaciones de su malvado corazón.
Por eso hoy, preparado por las anteriores jornadas de camino, voy a dedicarme a pensar esta simple pregunta:
¿Está la puerta de mi corazón abierta para él?

Como ya hemos aprendido, no se trata de dar una respuesta rápida, sobre todo si es un ingenuo “claro, todo para él, Jesús es mi todo, etc. etc etc.”. Hoy vamos a sentarnos, como decían los monjes del desierto, a la puerta del corazón para observar.

Observa, como canta la canción, quién llama: “¡Pom! ¡Pom! - ¿Quién es? ...¡Abre la muralla!”. Y observa a qué penasamientos o mociones dejas pasar.
Con el tiempo se reconocen las invitaciones de Dios, que llevan al bien, y las seducciones del enemigo, que nos tientan para el mal. Entonces es cuando se puede tomar partido para cultivar lo que los monjes del desierto llamaban “la guarda del corazón” (Tomas Ŝpidlick).
Y date cuenta de la realidad: ¿de qué manera, de qué forma, esta la puerta de mi corazón abierta a Jesús que quiere nacer de nuevo ahí?
NOTA: En caso de que descubras con sinceridad que está bastante cerrada, y el corazón ocupado por otros inquilinos, no te preocupes. Este camino te ayudará para hacer un "allanamiento de morada" y permitir que Dios okupe lo que es suyo.
(O en términos bíblicos: Jer 31,31ss; Ez 36,25ss; 2 Co 3,3ss)
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domingo

QUINTA ETAPA: MI CORAZÓN, UNA CASA PARA JESÚS

Con estos cinco pasos hemos llegado a nuestra quinta y última etapa. Seguimos buscando la transformación de nuestro corazón para que sea un lugar apropiado para Cristo que nace.

La primera etapa discurría por los caminos de la vida personal, dándonos las riendas para el control de nuestra vida.
La segunda etapa nos ha guiado hacia la maravilla de vivir con otras personas, preparándonos para el mensaje del Evangelio.
La tercera etapa nos ayudó a recuperar un horizonte necesario, el deseo de cambiar el mundo.
La cuarta etapa nos graduó como Buscadores de Estrellas de Navidad, capaces de detectar las miles de estrellas que Dios está creando para guiar a los pequeños y los niños hacia el Belén en el que Dios los espera de nuevo.
La quinta etapa es alcanzar la meta deseada: Mi corazón, una casa para Jesús.
En ella vamos a dar los últimos toques a nuestro corazón, cultivando los detalles que harán más dulce y fructífera la estancia de Jesús en mi corazón.
Todas las actividades de: pensar /decir y decidir / cortar y cambiar /actuar y activar /agradecer, van a ser más sencillas, sin complicaciones, ya en pleno ambiente navideño.
¡Que los disfrutes!

DÍA 20: Gracias, la palabra mágica


Se lo explicamos a los niños y es verdad.
Es la palabra mágica.
¡Gracias!
Tan sencilla y con tanto poder para cambiar las relaciones. Para llevarnos, ¡mágicamente! del mundo de las obligaciones al mundo de la gratuidad.
De transformar una cola en el banco o el tumulto por subir al autobús en una instante de luz (mucho más si además de decir gracias me dedico a sembrar favores, ver día 9)
Cuando doy las gracias, estoy reconociendo el valor de algo que he recibido, y que va más allá de lo que me corresponde o he pagado. Pero, sobre todo, estoy reconociendo a la persona que me ha dado ese algo valioso. El vendedor ambulante que me vendió el periódico, la cajera del supermercado que pasó los productos y me cobró lo que costaban, el conductor desconocido que me cedió paso.
Al darles las gracias, los reconozco como personas humanas.

Eso nos lleva al trabajo de hoy. Lo que vamos a hacer es muy importante, de dimensiones cósmicas. Hoy vamos a dar las gracias a mucha gente. No por lo extraordinario, sino porque son personas que hacen lo correcto, como personas. Les digo gracias de corazón, y por un instante nos encontramos de persona a persona, una chispa mágica de vida. De esta manera, crear las gracias es crear momentos divinos.
¡Es hacer nacer estrellas de Belén!
No había que ir a buscarlas...
¡Están aquí, ante mí, a mi alcance!

Crea hoy, a tu alrededor, tu galaxia de estrellas de Belén.
¡Qué te diviertas!

sábado

DÍA 19: Sí a la alegría:sembrador de sonrisas


Ayer empezamos a clarificar nuestra búsqueda de estrellas limpiando una parte de nuestros malos criterios. Hoy nos proponemos todos juntos reforzar uno de los criterios positivos de los caminos de Dios. Vamos a trabajar la alegría, la verdadera alegría cristiana, porque es uno de los signos más claros de estar en los caminos del Señor, pues desde el saludo del ángel a María hasta el encuentro de las santas mujeres y los discípulos con el resucitado, todo se llena de alegría (Lc 1,44; Mt 28,8).

Pensemos, en primer lugar, cuándo hemos vivido esta alegría en el Señor (Fil 4,4ss). Jesús mismo recordaba a sus discípulos que debían de estar alegres cuando siguen los caminos del Señor, incluso cuando llega la persecución (Mt 5, 11-12) porque sus nombres están escritos en el cielo (Lc 10,20-21) . Es una alegría muy distinta de la alegría mundana, que parte del disfrute de cosas materiales y pasajeras. La alegría en el Señor viene del Resucitado.
Pensemos en segundo lugar cómo esta alegría es un don o regalo. La alegría espiritual se convierte en fuerza interior: “no estén tristes ni lloren, que la alegría en el Señor es nuestra fortaleza” (Nehemías 8,9). ¿Te has dado cuenta de que cuando uno está alegre no peca? Igual que con la lluvia, para pecar mi ánimo debe nublarse antes con la tristeza o la preocupación.
Pensemos en tercer lugar cómo esta alegría es un mensaje. Es la confirmación de que estamos en camino, de que vamos por el sendero correcto del seguimiento de Cristo resucitado.
¡La alegría es una estrella de Belén!
Por eso, pasando a la acción, hoy voy a sembrar estrellas. Voy a sembrar alegrías simples y sencillas. Y las voy a sembrar en mí y en la gente que me encuentre de una manera simple y contagiosa.
¿Cómo?

Sonriendo.
Sonriendo a la vida y sonriendo a mi familia.
Sonriendo al vecino con el que me cruzo todos los días.
Sonriendo a la muchacha bonita que espera su transporte en la esquina,
Sonriendo al funcionario, al busetero, al vendedor, al compañero de trabajo que siempre me mira serio y no me cae muy bien.
¡Que esta siembra de sonrisas te llene de alegría!

viernes

DÍA 18: No a las críticas


Buscamos la estrella. La estrella que muestran el camino hacia nuestro Belén, el lugar donde Dios está naciendo para nosotros.
En esta búsqueda estamos atentos a los signos de los tiempos. Acontecimientos que pasan ante nosotros y que indican, al que sabe leerlos, lo que Dios quiere en estos momentos con gran claridad. El que mira con fe descubre un mundo de bellezas asombrosas de Dios, de posibilidades y de indicaciones del Señor.
(Es lo que hacían los profetas del Antiguo Testamento, y lo que debemos hacer todos los profetas del Nuevo: descubrir y leer lo que Dios quiere para su pueblo, y transmitírselo con claridad)
¿Y tú, qué ves? Seguramente, como muchos en esta sociedad, vemos desastres, cansancios y problemas casi imposibles de solucionar. Lo que pasa es que estamos ciegos para las estrellas de Dios, porque nuestra mente está infectada con criterios del mundo. Criterios que nos hacen ver lo malo en vez de lo bueno que está empezando a manifestarse. Criterios que nos hacen ver el vaso medio vacío, y estropeado.


Por hoy vamos a limpiar nuestra mente y nuestro corazón de malos criterios. Y lo vamos a a hacer con una renuncia muy sencilla: vamos a decir NO a las críticas, a la murmuración, al insulto, al desprecio, que nacen del desbordamiento de nuestros juicios negativos hacia otros (Jn 6,43; I Cor 10,10).
Es una tarea sencilla, que va a mostrar cuanto estamos instalados en los criterios mundanos. Nos esforzaremos en no juzgar (Mt 7,1-5). Vamos a rechazar las críticas en cuanto aparezcan en nuestra mente para que no lleguen a nuestra boca (Fil 2,14). Y vamos a rechazar las críticas de otros, en cuanto nos sea posible, ya que es un vicio que se extiende de grupo en grupo.
Por eso, me preparo para ver las estrellas limpiando las lentes de toda mancha de pecado de crítica.

jueves

DÍA 17: MI cartica a Santa


El segundo día de esta etapa está dedicada a ejercitar la decisión. En este caso, en la búsqueda de las señales de Dios, la propuesta es bien sencilla: escribe tu carta a Santa Claus, o San Nicolás, o al Niño Jesús (o a los Reyes Magos, en la tradición española). Y escribe, como manda la tradición, para pedir. Pero este pedir, que de niños es fácil, intenso, vital, se hace difícil de mayores.

Sobre todo cuando pedimos cosas espirituales. Ahí flojeamos y nos cuesta abrir profundamente el corazón al deseo.
POr eso hoy, con una cartica muy sencilla, presenta a Dios tus deseos espirituales. Allí donde tú deseas encontrar a Dios: en la paz, en la superación y liberación de un vicio repetido, en el crecimiento en la fe, o en este don de creer para un familiar en oscuridad,...
Pero pide. "Porque todo el que pide, recibe, el que busca, halla, y al que llama, se le abrirá" (Mt 7,8).

Pide.
Pide.
Pide!

miércoles

DÍA 16: ¿Dónde está mi estrella de Belén?


Las estrellas son luminosas, gigantescas, enormes. Se ven desde lejos con su enorme potencia, formando el cielo estrellado que contemplamos a veces con asombro.
La estrella que guió a los magos hasta Belén tenía un brillo especial. O era su posición inusual, allí donde no deberá estar. O su color. O...
Ellos supieron que era la suya. La que necesitaban para recibir el mensaje.
Leyeron el mensaje y se pusieron en camino.

Hoy voy a dedicarme a buscar mi estrella de Belén. Aquel signo enorme o pequeño que Dios me envía a mí. Para que me ayude a ponerme en camino.

Este día me pregunto qué me está diciendo Dios. En los diversos campos. ¿Qué signos está usando en esta su creación para comunicarse conmigo.
Bien sencillo. Muy interesante. Seguro que los resultados de este día le sorprenderán.

¡A buscar estrellas de Belé!n.

martes

CUARTA ETAPA: BUSCADORES DE ESTRELLAS


Ya hemos hablado de las etapas. Cinco. Hicimos "Cambio yo para que me cambie Dios"; "Vamos a caminar juntos"; y "Quiero un mundo mejor".
Hoy empezaremos con la cuarta, dedicada a rastrear las estrellas, signo en nuestras vidas para advertir a Magos y peregrinos que algo extraordinario está pasando.
Estas estrellas son signos extraordinarios que llaman la atención. Normalmente pensamos que son signos milagrosos, enormes, que llaman a la fe por su inmensidad o imposibilidad natural.

Pero eso es injusto. Dios se manifiesta sobre todo a los humildes y sencillos, y su inmensidad se puede ver en todo rincón, desde un gatito recién nacido a un atardecer tranquilo, desde el equilibrio bioquímico de una cédula a la paz que se mantuvo otro día en docenas de países en conflicto.
A veces se ha asociado la estrella de Belén con nuestros sueños más auténticos. La relación no viene de la estrella, sino de la búsqueda apasionada que llevaron a cabo los magos, siguiendo las pistas que proyectaba en el mundo esa intuición celeste.

Nosotros unimos ambos pensamientos. Vamos a buscar los signos de Dios que nos deben guiar al corazón. Nos convertiremos en expertos estrelleros (astrónomos es otra cosa). Dios está emitiendo más mensajes que MTV y youtube.com juntos.
Cada signo te lleva más cerca de los lugares donde Dios te espera. Te acerca más al corazón.
¿Vienes a buscar estrellas?

DÍA 15: Optimismo divino


Día de Agradecimiento.
Esa es nuestra arma secreta. La clave que nos permite mantenernos en la realidad, tocada de gracia y de regalos de Dios. Uno se vuelve agradecido, recordemos, no por esfuerzo, sino por realismo asombrado, a base de ver lo que Dios ha puesto en el mundo, en el ser humano y en mí.

Hoy tenemos una tarea sencilla: practicar el optimismo. Pero, precisamente porque es sencilla, es una tarea exigente, que sólo está al alcance de gente verdaderamente sencilla y de corazón purificado (primera etapa), capaz de amar con generosidad (segunda etapa).
Hoy vamos a culminar con el optimismo.
Vamos a orar agradeciendo a Dios por los cambios que Él va a promover en este mundo. Por la victoria contra la contaminación y la estupidez humana. Por el declive de las guerras y por la superación de la violencia. Por la derrota de la pobreza y la miseria extrema.
Como notarás en este día, la combinación de agradecimiento, oración y optimismo es un cocktel delicioso. Encajan con naturalidad.
¿Sabes porqué?
Son las piezas dispersas de la confianza que, en tu corazón, vuelven a reunirse.
¡Que disfrutes!

lunes

DÍA 14: Regalo soluciones


Todos sabemos de muchas cosas que no funcionan en este mundo. De muchos comportamientos insolidarios y egoístas que oscurecen este mundo. Y todos muchas veces hemos hablado aquí y allá de soluciones: si todo el mundo respetara las colas, si la gente dejara de criticar al vecino,...
En este proceso, nosotros hemos superado la crítica desde fuera. Hemos planeado un nuevo comportamiento (día 12) que va en la linea del cambio necesario de este mundo.
Hoy voy a ponerlo en marcha.
En vez de quejarme o de soñar con cambios que no llegan, hoy regalo soluciones al mundo.
  • Hoy voy a manejar en el tráfico de la ciudad con respeto y dejando paso al que lo necesite.
  • Hoy voy a proteger y a ayudar, porque sí, a esta persona que está indefensa.
  • Hoy voy a saludar al compañero con el que nunca hablo.
  • Hoy voy a dejar paso en la puerta del metro.
  • Hoy voy a hacer mi trabajo con excelencia.

Al hacer esto, estoy lanzándome a mí, al mundo y a Dios un gran mensaje de esperanza. Un gesto de amabilidad en el metro no cambia a la masa enfurecida y arrogante que empuja a la hora pico. Pero mi compromiso con los valores que la humanidad necesita son como una radiobaliza, como un faro que atrae las miradas del cielo y despierta las fuerzas de atracción de bien. Yo creo que este es el camino correcto. Que vale la pena comportarse con educación.

En cualquier caso, para la persona que reciba la ayuda, no cuenta si la reciben dos millones más de personas. Estaba en un problema y un desconocido le ayudó. Eso es lo que cuenta para ella.
Vamos pues a empezar esta nueva aventura de dar soluciones a los viejos problemas del mundo.

domingo

DÍA 13: Ahorro problemas


Hoy, en nuestra migración espiritual hacia el centro de la Navidad (el encuentro con Cristo), es día de Cortar y Cambiar. Día para decir activa y positivamente NO.

El plan de hoy es muy sencillo, aunque exige una gran humildad. Mi aportación e hoy a cambiar el mundo será dejar de hacer una cosa. Algo pequeño y sencillo, que pueda mantener con facilidad por este tiempo y, si el resultado es bueno, más allá.
¿Qué se te ocurre?
Claro, eso exige asumir que hay comportamientos que fastidian a la gente y se acumulan en alguno de los grandes problemas de la humanidad (días 11 y 12).
Atrévete. Algo pequeño, desde hoy hasta, por lo menos, el 25. Que tenga que ver con la manera de comportarse de otros cien o doscientos millones de seres humanos, al menos. Y yo decidí dejarlo...
¡Animo!

viernes

DÍA 12: Mi aportación


La inusual propuesta de ayer consistía en pensar en qué le pasa al mundo por un día completo, sin refugiarse en respuestas rápidas. Sin caer en alarmismos negativos ni en sueños irreales.
Hoy, desde la empatía lograda, vamos a asumir una pequeña tarea que pueda aportar algo positivo que este mundo necesita. Puede ser en cualquier área:
  • en los problemas ecológicos,
  • la necesidad de fortalecer la participación ciudadana,
  • actuar con valores de cercanía y respeto,
  • dar un freno al consumismo,
  • sensibilización ante las desigualdades económicas,
  • promoción de la espiritualidad,
  • rescate de la educación en valores de las nuevas generaciones,
  • promover una cultura de paz,
  • mejorar la capacidad de diálogo entre personas y naciones,
  • superación del egoismo mundial,
  • respeto a la vida,... (Más ideas en los comentarios aquí abajo).
Sabemos que la complejidad de estos problemas es inmensa. Que las inversiones económicas e intelectuales para conseguir una nueva fuente de energía alternativa son de una dimensión planetaria.

Pero, por otro lado, sabemos que el comportamiento de una persona puede cambiar el mundo. Incluso si está en el lugar más remoto del planeta y despojada de todo poder económico y social. Eso lo explica muy bien el efecto mariposa, que dice que el aleteo de una mariposa en Birmania puede alterar ligeramente los equilibrios del sistema hasta hacer que se desvíe un huracán hacia las costas de Yucatán.
Pero nosotros sabemos muy bien que además de la interconexión de sistemas a nivel planetario, hay una evolución espiritual y un poder de Dios que ya está en este mundo, actuando desde la pequeñez y la humildad. Dios quiere un cambio en este mundo y está empeñado en la lucha por el amor en el ser humano.
La beata Madre Teresa de Calcuta es un ejemplo de esa coherencia perseverante que puede cambiar la sensibilidad del mundo (a cambio de dedicar la vida a algo que valga la pena).

Por eso vamos a sembrar nuestra insignificante semilla. Hoy es el momento de la decisión, del plan inteligente y comprometido. Y no es pérdida de tiempo pensar sin hacer nada durante un día, si el plan es astuto y perseverante.
Puede ser algo muuuy pequeño, como:
  • saludar sistemáticamente a todos los conductores de autobús,
  • o subir andando las escaleras del metro para consumir menos electricidad,
  • o dedicar cinco minutos a ordenar mi habitación,
  • o empezar un microproyecto de ayuda,
  • o enviar cada día una frase del Evangelio por Twitter, o.......
Cosas minúsculas, pero la vamos a asumir con sentido, conscientes de ir contra corriente, de que hoy, mañana, o tal vez nunca veremos los resultados.
Pero hemos empezado a cambiar el mundo.
Y una pequeña difusión de actitudes, o un reequilibrio del sistema, y en todo ello el poder de Dios, y...

DÍA 11: ¿Qué le pasa al mundo?


Hoy toca preguntarse.
Es muy sencillo.
No creas que es poca cosa.
Mucha gente sabe que el mundo va mal. Pero tienen ideas simplificadas, hechas de opiniones de otros y de soluciones simplistas.

Nosotros nos vamos a preguntar. Con una pregunta insistente, llena de fe en Dios que toma con cariño el corazón de las personas que habitamos este mundo.

Qué te pasa, pequeño mundo.
¿Qué te pasa?
¿Porqué nos agredimos en vez de convivir con paz?
¿Porqué devoramos los recursos y contaminamos el planeta sin que los gobiernos quieran hacer algo?
Piensa. No pienses soluciones. Simplemente, purifica tu mirada intelectual, asume los mil matices de la realidad en todos sus múltiples niveles.

Piensa delante de Dios.
Y confía

TERCERA ETAPA: ¡QUIERO UN MUNDO MEJOR!


Con estos cinco primeros pasos hemos llegado a nuestra tercera etapa. Seguimos buscando la transformación de nuestro corazón para que sea un lugar apropiado para Cristo que nace.
La primera etapa discurría por los caminos de la vida personal, dándonos las riendas para el control de nuestra vida.
La segunda etapa nos ha guiado hacia la maravilla de vivir con otras personas, preparándonos para el mensaje del Evangelio.
La tercera etapa nos invita a recorrer un entorno fascinante pero peligroso: el deseo de cambiar el mundo. Es un paisaje conocido porque tantas veces, cuando éramos niños, soñábamos con cambiar el mundo. Con ser persona exitosas como profesionales y como parte de una bonita familia, pero haciendo cosas por los demás por el gusto de ayudar. Este es el perfil que se recoge constantemente entre los muchachos cuando les pedimos que nos digan qué quieren ser de mayores.
El problema es que los mayores ya les hemos fallado. Más allá del estallido de esperanza y novedad que supuso la celebración del paso al tercer milenio, muchas generaciones que poblamos este mundo andamos escasos de esperanza.
No creemos que ser buenos o eficaces como ciudadanos vaya a cambiar gran cosa del mundo. Somos pesimistas en lo colectivo, los problemas son tan grandes, las soluciones tan complejas, hemos visto tanta violencia e individualismo egoísta...

Nosotros nos proponemos cambiar las cosas. Queremos que este pequeño planeta azul siga el rumbo de felicidad que Dios trazó para él.
Y ponemos nuestro empeño realista en conseguirlo.
¿Te animas?

jueves

DÍA 10: Gracias, Dios, x las personas


La última habilidad a trabajar de cada etapa es la contemplación y el agradecimiento. Hoy estamos invitados a dar gracias a Dios. Un enorme gracias por la visión renovada que me da este trabajo del camino de Belén hacia las personas que me rodean.
Suelo darle gracias a Dios por las cosas buenas que me pasan y por tener una buena familia. Pero me olvido del gran regalo que me ha dado Dios al criarme en este rincón del mundo, unido a tantas y tatas personas. Personas que me hacen persona, que me exigen un comportamiento de responsabilidad, ya que puedo mejorar su vida o complicarla.
Por eso hoy, con humildad, voy a dedicar los minutos de Caminito de belén a dar gracias a Dios por las personas.
Por las más cercanas: mis padres, mis hermanos, mis otros parientes.
Por los que están implicados en mi vida: mis amigos y compañeros, mis profesores o mis jefes.
Más allá de que me caigan simpáticos, de que estén a favor mío o me hagan la vida imposible, voy a centrar mi mirada en ellos, en ellos mismos.
Y dar gracias a Dios que los creó y los sostuvo hasta hoy.
Gracias de verdad Señor por las personas que están aquí y me has dado la oprtunidad de conocer.
Gracias, Dios.
Gracias.

miércoles

DÍA 9: Sembraré favores


La gran película "Cadena de Favores" (Pay it Forward, 2000) plantea una historia bien interesante de un niño que inventa un sistema para mejorar el mundo: una cadena expansiva de grandes favores. Eso trae como consecuencia... bueno, mejor que vean la película, lo que nosotros nos proponemos en mucho más modesto, por ahora. Queremos cambiar nuestra manera de relacionarnos. Romper con el cálculo y las relaciones equilibradas, donde yo soy amigo si tú te comportas como tal, donde no me mezclo con gente que es diferente, que está ahí porque cumple su trabajo y no hay que agradecer ni saludar: vendedores, buseteros, vigilantes,...
Hoy me propongo cambiar el alcance de mis acciones. Voy a aprender a hacer favores. Pero no cuando me los piden, sino favores gratuitos, de los que se adelantan a la petición.
Como poner la mesa o recoger los cubiertos cuando no me toca.
O recoger lo que se le ha caído al suelo a una persona.
O el ofrecer un lápiz cuando el otro lo necesita.
O compartir un refresco o invitar a un café.
O ceder paso en medio de un atasco.

Vamos a hacernos especialistas en favores. En "buenas acciones" que repartirán paz y alegría.
¿Qué pasará a partir de aquí?...
Espera y verás.
De momento, un favor al día, esta es la dieta de preparación de la navidad.

martes

DÍA 8: Pido perdón y hago las paces



La maravilla de pedir perdón. Es una de las cosas más difíciles que podemos hacer y, al mismo tiempo, tan sencilla. Basta con una palabra o un gesto de reconciliación, pero... ¡qué duro se hace a veces! Nos obliga a reconocer que hemos hecho daño a otro, y que no somos tan buenos como pensábamos. La humillación es dura, pero sólo los que han pasado por ella son capaces de crecer como seres humanos auténticos.
Sin embargo, muchos sabemos que más duro todavía es tener gente a la que todavía no perdono. Cuando vivo así las relaciones siguen ahí, pero muertas, pesando sobre mí. Me influye el rencor, el enfado o el dolor, independientemente de que la otra persona esté al lado o a mil kilómetros de mí. Vivo con ese peso, y esos sentimientos tóxicos van envenenando mi alma...
Por eso, pensando en los grandes traumas de la vida, aunque la otra persona te hiciera algo muy grave, sin justificación, que te destrozó la vida... ¡debes perdonar! Perdona con el poder de Dios. Perdona para ser libre y sacarte ese rencor y ese huir de tu interior. Como dice alguien, aunque la otra persona no se merece el perdón, tú sí te mereces perdonar.
Algunas veces perdonar requiere la explicación completa: ponerse delante, decir “Lo siento...”, bajar los ojos, decir “Perdóname!”. Otras veces, la mayoría, no hace falta decirlo, basta con volver a acercarse, saludar como si no pasara nada, hacer un gesto de cercanía, ofrecer un favor,... y todos entendemos que la crisis ha pasado.

Me pregunto (y dialogo con los que estén cerca para ser más objetivo):
¿Tengo relaciones trancadas por algún problema?
¿Tengo cosas de mi pasado que no he perdonado todavía?
¿Qué supondría perdonar en esa situación?

Hoy, como paso en este caminito de Belén, voy a pedir perdón a alguien. Uno solo de los muchos que están pendientes de cobro.
Para llegar algún día a perdonar y ser libre del todo (¡!)

domingo

Día 7: Seré un regalo para él/ella


El segundo paso de cada etapa es decidir y decir, crear planes y caminos para mi vida. Eso significa ser capaz de visualizar una nueva realidad que todavía no está ahí, e inventar caminos para trabajar hasta hacerla real. José Antonio Marina, el más lúcido pensador a este lado del siglo, afirma que el hacer proyectos es la herramienta básica que caracteriza la inteligencia humana.
Desgraciadamente, esto lo entendemos y lo aplicamos para añadir un baño a la casa o plantar un árbol ante la puerta. Incluso a veces hacemos planes para cuadrarnos a esa muchacha o para convencer a mis padres para que me dejen salir el fin de semana. Pero lo realmente importante, las relaciones con los otros, lo dejamos a las fuerzas de la buena voluntad, o de la espontaneidad.
Mi pequeño paso de hoy hacia el encuentro con Jesús es practicar los planes con las personas. Voy a decidir mejorar mi relación con alguien cercano, con mi mamá, con un hermano en especial o con un amigo determinado.
Me decido por una relación en concreto. Por una persona, con su nombre, sus alegrías y tristezas, sus deseos y sueños. Así dispongo mi corazón para acoger a Jesús cuando venga en Navidad.
Voy a ser un regalo para él o para ella. Tengo todo el día para construir mis planes de astucia y amor:
¿Cómo voy a mejorar mi relación? ¿Qué acciones pueden ser un regalo para esta persona? ¿Qué etapas o fases voy a seguir para darle un gran cambio a esa relación? ¿cómo hacer para que su vida mejore, pero a su manera, no a la mía?
Todo un día para planear el bien. Para diseñar el camino del amor.
Así, conseguiré que mi vida sea un regalo para él/ella.

DIA 6: Voy a salir a mirar personas

Hoy toca pensar y mirar. Abrir caminos. Siempre parece poco, nuestra mente occidental y consumista quiere ver resultados, adquirir cosas sólidas. Pero lo primero es ver, y pensar, y descubrir la rica y compleja realidad que nos rodea y que nosotros simplificamos enormemente.

Hoy voy a salir a mirar personas. Voy a dedicar el día a mirar rostros. No a ver si son bonitos o feos, si son morenos o rubios/catires/monos/... Voy a mirar los rostros y los atuendos y la manera de vestir y de comportarse de las personas.
Simplemente eso.
Así de sencillo.
Entrenar mis ojos para ver la maravilla de la persona.
Porque una persona humana no es como el resto de cosas o animales que veo todo el día. Es mucho más. Es incluso más que un ángel.
Una persona es alguien como yo. Pero totalmente distinto a mí e irrepetible. Es un frágil milagro, que une lo biológico y lo espiritual en una macedonia de sabores irrepetibles.

Mira a las personas. No las juzgues, y no serás juzgado. Escúchalas.
Quiérelas.
Ámalas.
Verás, poco a poco nacerá el cariño y el amor.

SEGUNDA ETAPA: VAMOS A CAMINAR JUNTOS


Con estos cinco primeros pasos hemos llegado a nuestra primera etapa: Cambio yo para que me cambie Dios. La transformación personal es un regalo de Dios, que entra en juego (y a veces en lucha) con mi disponibilidad y mis planes de cambio.

Seguramente alguno de los paso que hemos dado te sigue resonando por dentro: ¡perfecto!. No le des mucha importancia a los siguientes, sigue atento a ese reto que Dios te ha señalado y verás las sorpresas que Dios es capaz de hacer para preparar una Navidad.

Los demás seguimos atentos al camino. El tiempo pasa, y hemos de hacer camino para llegar a tiempo el 25 a Belén. Más adelante explicaremos el porqué de cada paso, que sigue un plan táctico preciso. Están organizados en etapas, que este año van de lo personal a lo relacional (a las relaciones).
Vamos pues a la segunda etapa. La segunda etapa de este caminito de Belén es VAMOS A CAMINAR JUNTOS. Los cinco pasos siguientes nos van a ayudar a darnos cuenta de las personas que nos rodean y a cambiar nuestra relación con ellos. Nuestra vida es como una danza (como un tango o la sardana de Cataluña), donde enlazamos las manos y giramos y saltamos al compás de la música... porque estoy bailando con los demás.

Sólo, es hacer el ridículo. Unidos, es una de las cosas más maravillosas que hacemos los humanos.
¿Cómo va tu vida-con-otros?